lunes, 5 de agosto de 2019

Nuestros verdaderos 200 años

Como bien lo decía en mi artículo del 20 de julio de 2010 Nuestro Bicentenario en Colombia no se había cumplido en aquella fecha, debíamos esperar 9 años. Advertía en aquella ocasión que el único bicentenario que ya se había cumplido en Latinoamérica era el de Haití en 2004.

Los hechos provocados por la Junta de Cadis y por los intereses de criollos egoístas, son tomados por el pueblo en serio bajo el acompañamiento de verdaderos libertadores como Miranda, Torres, Carbonel, Nariño, Bolivar, Policarpa, Antonia Santos, Cordoba y otros muchos... Los cuales retomaron el camino de los Comuneros, el camino de Jose Antonio Galán.

Como todo en la América del Sur, los acontecimientos resultan mágicos e impredecibles, las juntas surgidas para reclamar al rey, se convierten luego, gracias al pueblo patriota y sus líderes, en un movimiento de negación de la corona y en una posibilidad de elevación popular americana. Surge de aquella situación patética, una campaña admirable, que se materializó en 1819 en el Pantano de Vargas y en el puente de Boyacá, gracias a la batalla de Pienta.

Si gracias a la batalla de Pienta, una batalla perdida de la historia, en la cual el pueblo evita que 1.800 soldados del ejercito realista al mando del sanguinario Lucas Gonzalez, pasen tranquilamente sobre el puente sobre el rio Pienta y crucen por Charalá. El pueblo organizado por las milicias, primero coloca barricadas en el puente y luego pelea calle por calle con machete, palos, piedras o con cualquier instrumento posible, su espíritu se eleva hacia la posteridad realizando una obra inconmensurable, evitando que le lleguen refuerzos a Barreiro y por ende permitiendo el triunfo de Boyaca.

Hoy 200 años después, son pocos los que conocen la historia de la batalla de Pienta, nuestra libertad solo fue enseñada como algo fruto de unos líderes visionarios y la participación del pueblo siempre fue considerada como la de un sujeto pasivo, manipulable como en 1810 y utilizable por los señoritos en la guerra.

Por eso hoy, si hay algo para celebrar, desde el 4 de agosto hasta el 6 de agosto un pueblo, entregó su vida, se batió calle por calle y derramó su sangre por la libertad. Aquí no hubo un general al frente, sus líderes fueron hombres y mujeres luchadores cuyo ADN estaba plagado de libertad y sentimiento de comunidad.

La élite quiso y aún quiere adueñarse de todo, hasta de las luchas populares, ignorándolas y desconociéndolas cuando son exitosas. El mensaje sigue siendo el del 20 de julio: la masa está desorientada y no sabe que es lo bueno para ella, por lo tanto "los líderes y prohombres" deben llevarlos a la meta... ¿Pero a cual ha sido la meta que nos han propuesto? ¿a donde nos han llevado? al endeudamiento, la pobreza, el sometimiento y la desesperanza... Mantienen a nuestro país, no obstante sus incontables e inmensas riquezas, en la pobreza y en la precariedad; no quieren que avancemos, se niegan a soltar sus privilegios, impulsan la libertad formal y niegan la real, promueven la igualdad, pero defienden las posiciones históricas, las castas, los feudos, los negociados, la corrupción y las prebendas oficiales. Quieren mantener anónima a la masa conciente, heredera de los héroes de Pienta, la quieren esconder en descalificaciones o anonimatos perpetuos.

Hoy si después de 200 años nos regocijamos con el empuje de Rondon en el Pantano de Vargas, con la lucha del pueblo en Pienta. Hoy podemos permitirnos soñar con la grandeza, con el reconocimiento de nuestra verdad y de nuestra riqueza popular y ambiental, hoy soñamos con recuperar a un pueblo conciente que pueda potenciarnos evitando que sigamos como errantes y tarambanas.

Hoy el júbilo deberá encontrar por fin su inmortalidad y la gloria anhelará no marchitarse en el olvido institucional. Hoy la celebración y el reconocimiento de nuestra verdadera historia nos reclama mayor conciencia, acción y determinación.

Hoy reclamamos la democracia comunitaria. Reivindicamos una estructura social creada para: «vivir bien», para lograr el equilibrio con el todo, a partir de la participación de todos. Demandamos que en la tierra del jaguar se vuelva a practicar el equilibrio entre hombre y mujer, entre ser humano y naturaleza, entre producción y consumo. Velamos para que se viva sin extracción destructiva, sin acumulación egoísta y sin consumo inconsciente. Invitamos a nuestros coterráneos a recordar el ecocentrismo, a abandonar los destinos manifiestos de razas especiales o pueblos particulares o líderes mesiánicos. Pedimos con Leonardo Boff por una comunidad sociocósmica, que sea el faro de la humanidad entera, ayudándole al ser humano a elevar su conciencia y reconocer su esencia, alejandonos de los Autoritarios.

Hoy si es el día para resaltar lo grande, lo fundamental y lo esencial; en contra de lo pequeño, lo servil, y superfluo.

Viva Colombia!!!

JCAL

imagen tomada de la pagina: https://www.radionacional.co/noticias/actualidad/batalla-de-pienta-charala-historia-bicentenario