miércoles, 13 de enero de 2010

HAITI CATASTROFE O ESPERANZA


A propósito del Bicentenario de varios gritos de independencia en la América Hispana y del terremoto sufrido a comienzos de este año por este país caribeño.

Haití el territorio de la antigua isla “La Española” el lugar a donde desembarcaron por primera vez Colon y el Reino de España, el país más pobre de América, el que vemos hoy destruido por un sismo de gran potencia y el que hemos visto sometido al hambre y el desamparo durante todas nuestras vidas; fue en realidad el primer país de Latinoamérica en liberarse del yugo Colonialista Europeo, independizándose nada menos que de Francia, venciendo al invencible (hasta ese momento) ejercito de Napoleón.

Además de semejante proeza, se constituye en un ejemplo para la humanidad al haber sido la primera nación que erradicó la oprobiosa esclavitud, y hizo todo ello desde la base, desde el pueblo afrodescendiente esclavizado, es decir, su grito de independencia no obedeció a la iniciativa de un grupo elite de colonos criollos que querían quitarse de encima el sometimiento de la metrópoli europea, para que ellos como clase privilegiada criolla, pudiesen manejar en forma autónoma e independiente los grandes negocios coloniales, tal como sucedió con la mayoría de los gritos de independencia, que este año, con tanta rimbombancia queremos celebrar algunos países de nuestra Hispanoamérica.

Es decir, su pueblo fue un ganador y de que forma!!! Derrotó al ejercito más poderoso del mundo y erradicó desde la base popular el sistema económico político imperante.

Ya pueden entender porque tan magna proeza fue una afrenta para los criollos blancos de su vecina República Dominicana y de toda América, así como para Europa y la nueva metrópoli del siglo XX, la cual invadió a Haití en 1915 y ejerció su control absoluto durante veinte años, dejándola en manos de mulatos títeres egoístas, que después fueron reemplazados en 1953 con la ayuda de Estados Unidos de Norteamérica por uno de los tiranos mas aberrantes del siglo XX (papá Doc), solo reemplazado por su hijo (nene Doc) en 1971, al cual una insurrección popular, por fin, lo derroco apenas hace un poco más de 20 años.

Es decir la gesta independentista más sublime de América Latina y el Caribe fue afectada por las metrópolis y por los tiranos, sometiéndola al hambre, la opresión y el desconcierto.

Esperamos pues que en este año del bicentenario de la independencia de Latinoamerica, pongamos la mirada en la gesta libertadora más bella y emblemática de América, emulemos su valor y su espíritu, aunque lo tengamos que hacer obligados por una tragedia natural. Pensemos en un nuevo mundo a partir de sus hazañas pasadas, en el cual ellos como fieles representantes de los desarraigados e indefensos del mundo, puedan avanzar recuperando glorias perdidas y haciéndonos reflexionar en la necesidad de un mundo mejor, más tolerante, fraterno y justo.

JCAL

Grabado de William Blake representando metafóricamente a Europa sostenida por África y América.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Juan Carlos,

Me llego un correo electrónico sobre Haití.
Gracias por tus esfuerzos a exponer la situación de esta gente manipulada de Haití por los poderes del mercado libre mundial y la super-dominancia de los Estados Unidos y nuestros países Europeos

He trabajado 35 años en el desarrollo rural integrado en varias países, entre otros en Republica Dominicana hace treinta años y he visto la destrucción causado por la deforestación hecho por los Estado Unidenses!

Una tragedia para el paisaje, su fertilidad y la soberanía alimentaría del país.

Me siento triste que desde el desarrollo rural hemos podido hacer tan poco en todo este tiempo.

Ahora, viviendo desde un año y medio en Valencia hago todo posible para cambiar cosas primero en mi casa, crecimiento espiritual y pèrsonal a través del camino cátaro, trabajando también en la concienciación del pueblo Valenciana a través de los ¨Pueblos en Transición¨, La Universidad d´Estiu, las huertas del ocio con varias ayuntamientos valencianos y talleres del Arte de la Agricultura Universal; una síntesis de mis experiencias y estudios en Agricultura bio-dinámica, ecológica, permacultura, agroecológica, agroforestería y la agricultura tradicional de varias países.

Hans Günther Kern.

Diplomado en Agricultura Biodinámica y Desarrollo; Rural Integrado, Emerson College, Inglaterra; Estudios en el ¨Manejo de fauna y flora silvestre¨, EEUU. Profesor de Agricultura Biodinámica y gerente de la finca educativa en el Emerson College, Inglaterra, durante 6 años. Profesor de la escuela Waldorf, en Inglaterra, durante 4 años y autor del manual para la integración de formación profesional en agricultura ecológica y medio ambiente en las escuelas Waldorf. Gerente de un negocio de jardinería ecológica en
Inglaterra durante 8 años. Hace cuatro años gerente independiente de negocio de bienestar en Inglaterra, EEUU y España. Treinta años de experiencia en la asesoría y realización de proyectos integrados del desarrollo rural/urbano en agroecología, asociaciones consumidores y productores, seguridad alimentaria y la elaboración de materia prima; impartiendo cursos y dando conferencias en Inglaterra, EEUU, México, Alemania y España.

Consultor de Bienestar /Wellness Consultant
Consultor y Profesor de Agricultura ecológica/bio-dinámica
sitio web: http://www.consultor-de-bienestar.blogspot.com/
websites: www.nikkenwellbeing.co.uk/info/allprosperous
Consultant and Lecturer of organic/bio-dynamic Agriculture
Presidente de la Asociacion de "Pueblos en Transicion-Valencia"
Sitio Web: http://transicion.ning.com/
Afiliación con cátar@s: www.juangrial.com

Anónimo dijo...

Comentario Artículo de Eduardo Galeano

LA MALDICION BLANCA

El primer día de este año, la libertad cumplió dos siglos de vida en el mundo. Nadie se enteró, o casi nadie. Pocos días después, el país del cumpleaños, Haití, pasó a ocupar algún espacio en los medios de comunicación; pero no por el aniversario de la libertad universal, sino porque se desató allí un baño de sangre que acabó volteando al presidente Aristide.

Haití fue el primer país donde se abolió la esclavitud. Sin embargo, las enciclopedias más difundidas y casi todos los textos de educación atribuyen a Inglaterra ese histórico honor. Es verdad que un buen día cambió de opinión el imperio que había sido campeón mundial del tráfico negrero; pero la abolición británica ocurrió en 1807, tres años después de la revolución haitiana, y resultó tan poco convincente que en 1832 Inglaterra tuvo que volver a prohibir la esclavitud.

Nada tiene de nuevo el ninguneo de Haití. Desde hace dos siglos, sufre desprecio y castigo. Thomas Jefferson, prócer de la libertad y propietario de esclavos, advertía que de Haití provenía el mal ejemplo; y decía que había que “confinar la peste en esa isla”. Su país lo escuchó. Los Estados Unidos demoraron sesenta años en otorgar reconocimiento diplomático a la más libre de las naciones. Mientras tanto, en Brasil, se llamaba haitianismo al desorden y a la violencia. Los dueños de los brazos negros se salvaron del haitianismo hasta 1888. Ese año, el Brasil abolió la esclavitud. Fue el último país en el mundo.

Haití ha vuelto a ser un país invisible, hasta la próxima carnicería. Mientras estuvo en las pantallas y en las páginas, a principios de este año, los medios trasmitieron confusión y violencia y confirmaron que los haitianos han nacido para hacer bien el mal y para hacer mal el bien.

Desde la revolución para acá, Haití sólo ha sido capaz de ofrecer tragedias. Era una colonia próspera y feliz y ahora es la nación más pobre del hemisferio occidental. Las revoluciones, concluyeron algunos especialistas, conducen al abismo. Y algunos dijeron, y otros sugirieron, que la tendencia haitiana al fratricidio proviene de la salvaje herencia que viene del Africa. El mandato de los ancestros. La maldición negra, que empuja al crimen y al caos.

De la maldición blanca, no se habló.

La Revolución Francesa había eliminado la esclavitud, pero Napoleón la había resucitado:
—¿Cuál ha sido el régimen más próspero para las colonias?

—El anterior.

—Pues, que se restablezca.

Y, para reimplantar la esclavitud en Haití, envió más de cincuenta naves llenas de soldados.

(continua, ver comentario 3)

Anónimo dijo...

Segunda parte Comentario Artículo de Eduardo Galeano
LA MALDICION BLANCA

...
Los negros alzados vencieron a Francia y conquistaron la independencia nacional y la liberación de los esclavos. En 1804, heredaron una tierra arrasada por las devastadoras plantaciones de caña de azúcar y un país quemado por la guerra feroz. Y heredaron “la deuda francesa”. Francia cobró cara la humillación infligida a Napoleón Bonaparte. A poco de nacer, Haití tuvo que comprometerse a pagar una indemnización gigantesca, por el daño que había hecho liberándose. Esa expiación del pecado de la libertad le costó 150 millones de francos oro. El nuevo país nació estrangulado por esa soga atada al pescuezo: una fortuna que actualmente equivaldría a 21,700 millones de dólares o a 44 presupuestos totales del Haití de nuestros días. Mucho más de un siglo llevó el pago de la deuda, que los intereses de usura iban multiplicando. En 1938 se cumplió, por fin, la redención final. Para entonces, ya Haití pertenecía a los bancos de los Estados Unidos.

A cambio de ese dineral, Francia reconoció oficialmente a la nueva nación. Ningún otro país la reconoció. Haití había nacido condenada a la soledad.
Tampoco Simón Bolívar la reconoció, aunque le debía todo. Barcos, armas y soldados le había dado Haití en 1816, cuando Bolívar llegó a la isla, derrotado, y pidió amparo y ayuda. Todo le dio Haití, con la sola condición de que liberara a los esclavos, una idea que hasta entonces no se le había ocurrido. Después, el prócer triunfó en su guerra de independencia y expresó su gratitud enviando a Port-au-Prince una espada de regalo. De reconocimiento, ni hablar.

En realidad, las colonias españolas que habían pasado a ser países independientes seguían teniendo esclavos, aunque algunas tuvieran, además, leyes que lo prohibían. Bolívar dictó la suya en 1821, pero la realidad no se dio por enterada. Treinta años después, en 1851, Colombia abolió la esclavitud; y Venezuela en 1854.

En 1915, los marines desembarcaron en Haití. Se quedaron diecinueve años. Lo primero que hicieron fue ocupar la aduana y la oficina de recaudación de impuestos. El ejército de ocupación retuvo el salario del presidente haitiano hasta que se resignó a firmar la liquidación del Banco de la Nación, que se convirtió en sucursal del Citibank de Nueva York. El presidente y todos los demás negros tenían la entrada prohibida en los hoteles, restoranes y clubes exclusivos del poder extranjero. Los ocupantes no se atrevieron a restablecer la esclavitud, pero impusieron el trabajo forzado para las obras públicas. Y mataron mucho. No fue fácil apagar los fuegos de la resistencia. El jefe guerrillero, Charlemagne Péralte, clavado en cruz contra una puerta, fue exhibido, para escarmiento, en la plaza pública.

(Continua... comentario 4)

Anónimo dijo...

Tercera Parte Comentario Artículo de Eduardo Galeano
LA MALDICION BLANCA

La misión civilizadora concluyó en 1934. Los ocupantes se retiraron dejando en su lugar una Guardia Nacional, fabricada por ellos, para exterminar cualquier posible asomo de democracia. Lo mismo hicieron en Nicaragua y en la República Dominicana. Algún tiempo después, Duvalier fue el equivalente haitiano de Somoza y de Trujillo.

Y así, de dictadura en dictadura, de promesa en traición, se fueron sumando las desventuras y los años.
Aristide, el cura rebelde, llegó a la presidencia en 1991. Duró pocos meses. El gobierno de los Estados Unidos ayudó a derribarlo, se lo llevó, lo sometió a tratamiento y una vez reciclado lo devolvió, en brazos de los marines, a la presidencia. Y otra vez ayudó a derribarlo, en este año 2004, y otra vez hubo matanza. Y otra vez volvieron los marines, que siempre regresan, como la gripe.

Pero los expertos internacionales son mucho más devastadores que las tropas invasoras. País sumiso a las órdenes del Banco Mundial y del Fondo Monetario, Haití había obedecido sus instrucciones sin chistar. Le pagaron negándole el pan y la sal. Le congelaron los créditos, a pesar de que había desmantelado el Estado y había liquidado todos los aranceles y subsidios que protegían la producción nacional. Los campesinos cultivadores de arroz, que eran la mayoría, se convirtieron en mendigos o balseros. Muchos han ido y siguen yendo a parar a las profundidades del mar Caribe, pero esos náufragos no son cubanos y raras veces aparecen en los diarios.

Ahora Haití importa todo su arroz desde los Estados Unidos, donde los expertos internacionales, que son gente bastante distraída, se han olvidado de prohibir los aranceles y subsidios que protegen la producción nacional.

En la frontera donde termina la República Dominicana y empieza Haití, hay un gran cartel que advierte: El mal paso.
Al otro lado, está el infierno negro. Sangre y hambre, miseria, pestes.

En ese infierno tan temido, todos son escultores. Los haitianos tienen la costumbre de recoger latas y fierros viejos y con antigua maestría, recortando y martillando, sus manos crean maravillas que se ofrecen en los mercados populares.

Haití es un país arrojado al basural, por eterno castigo de su dignidad. Allí yace, como si fuera chatarra. Espera las manos de su gente.

Tomado de: Página/12, Buenos Aires, domingo 4 de abril de 2004.

Anónimo dijo...

Por muy “natural” que parezca, ninguna catástrofe es natural. Un seísmo de intensidad idéntica causa más víctimas en un país empobrecido que en otro rico e industrializado. Ejemplo: el terremoto de Haití, de magnitud 7,0 en la escala de Richter, ha ocasionado más de cien mil muertos, mientras que el de Honshu (Japón), de idéntica fuerza (7,1), acaecido hace seis meses, apenas provocó un muerto y un herido.
VER: http://www.biodiversidadla.org/content/view/full/54615