lunes, 3 de agosto de 2009

CARTA ABIERTA A CHAVEZ, URIBE Y CORREA


Chavez (Paez), Uribe (Santander) y Correa (Flores), hasta cuando van a seguir agarrados en sus egoísmos impidiendo los ideales de Bolívar?

Es triste ver una nación desmembrada, primero por los intereses particulares de Paez, Flores y Santander, luego por la ingerencia de intereses de la nueva metrópoli y su destino manifiesto con Panamá, y ahora por la incapacidad de sus lideres para encontrar el camino hacia la reconstrucción de la nación.

El Venezolano: debido a su gran intuición se abre paso con éxito en la carrera militar, dueño de una personalidad dual con maravillosos y sublimes actos al comienzo y desastrosos hechos al final, primero un gran militar y líder de América, proclama y realiza actos de independencia de los yugos imperiales, luego lamentablemente se deja apoderar del demonio gamonal, encrespa los partidos con un excesivo caudillismo, sintiéndose dueño y señor absoluto del País, y utilizando la constitución para todo, forja el providencialismo, se cree asistido de poderes suficientes para todo, dueño de un excesivo populismo, se declara capaz de resolver todos los problemas de Venezuela, de origen humilde, un hombre natural, de la tierra, claro contradictor de la elite oligárquica y dominante de Venezuela, fiel reflejo de la clase popular y del espíritu llanero, encabeza un movimiento basándose en el patriotismo, convirtiéndose pronto en el máximo representante de los venezolanos, para ser nombrado sin discusiones Jefe único y Presidente de la Republica; lamentablemente erró después “al creerse que el brazo es lo mismo que la frente, vencer lo mismo que juzgar, pelear lo mismo que gobernar, ser caudillo de llaneros lo mismo que ser presidente de la república”. No, mis queridos lectores, aunque lo parezca no hablamos de Chávez, esta es una breve descripción de José Antonio Páez (con algunas frases de Martí entre comillas), primer presidente de Venezuela, unos de los artífices del derrumbamiento de la Gran Colombia.

El Ecuatoriano: con corazón venezolano, doctorado en la Universidad Central de Quito, casado con una distinguida dama quiteña, inteligente, generoso, afable, les cae muy bien a los ecuatorianos, es nombrado presidente del Ecuador en el mismo momento en que existen divergencias ideológicas profundas y distanciamientos entre Caracas y Bogotá, apoya los postulados venezolanos para satisfacer sus beneficios individuales y particulares, tiene amplios reconocimientos por el gobierno y el congreso de Venezuela, en su primer gobierno se realiza una constituyente, luego de un primer periodo es reelegido en el poder, se redacta una nueva constitución en donde extiende su periodo presidencial y establece la reelección, durante su presidencia se ahondan las diferencias entre Colombia y Ecuador debido a graves problemas en la frontera de las dos republicas, amenazando y vociferando a favor de una guerra contra sus hermanos colombianos, el equilibrio político conseguido en su segundo gobierno se debilita una vez que se involucra en la política colombiana. De nuevo, mis queridos lectores, no se trata de Correa, se trata de Juan José Flores, primer presidente de Ecuador, otro de los artífices del derrumbamiento de la Gran Colombia.

El Colombiano: nació en una provincia de Colombia, de familia acomodada, su padre fue dueño de predios rurales, se graduó como abogado con honores, buen estudiante, inteligente, juicioso, joven aventajado, con grandes responsabilidades para la patria desde temprana edad, de pensamiento conservador pero miembro del partido liberal, algunos lo consideran el reconstructor de la República, fiel representante de la clase privilegiada de Colombia, en su gobierno se encarga de mantener e incentivar las prerrogativas de la elite local expandiendo sus privilegios, profundiza las relaciones con Estados Unidos de Norte América dada su especial preferencia por el coloso del Norte, se encarga de velar por el ejercito de Colombia para que estuviese bien dotado con el fin de poder afrontar sus complejas y difíciles luchas, logra al interior de Colombia grandes éxitos militares, cumpliendo hazañas que nadie logrado alcanzar hasta el momento, se mantiene en permanente conflicto con su homologo Venezolano hasta que sus permanentes tensiones llevan a la ruptura de Colombia con Venezuela. Tampoco, mis queridos lectores, no se trata de Uribe, se trata de Francisco de Paula Santander, vicepresidente de la Gran Colombia y luego presidente de Colombia, otro de los artífices del derrumbamiento de la Gran Colombia.

Entonces, nosotros los Colombianos, la gente del común, no sus dirigentes, sufrimos en nuestro interior de un sentimiento de perdida y de escisión fraterna, el cual nos debe impulsar a la unión y no a la discordia, debiendo presionar a nuestros lideres a una construcción común. Lamentablemente los hechos pasados y presentes no son reflejo en nada del sentimiento de necesaria cordialidad y hermandad entre nosotros, lo cual nos ha impedido recobrar nuestro verdadero espiritu e identidad y no nos ha dejado avanzar en el concierto de las naciones a lugares elevados.

Es así como escribo una carta abierta con cinco postulados iniciales fundamentales para que los tres Presidentes actuales de nuestras repúblicas los pongan en práctica lo más pronto posible, con la esperanza de reencontrar, por fin, el camino de nuestra Gran Colombia:

1. Los intereses personales, partidistas y particulares deben dejarse a un lado y construir sobre nuestras afinidades y necesidades comunes.
2. Ninguno de los tres gobiernos más el de Panamá deben apoyar a facciones internas que estén atentando o desestabilizando a alguno de los gobiernos locales ni opinar a favor de ellas o mostrar siquiera la más leve simpatía.
3. Debe existir una estrecha relación de colaboración policial, creándose un cuerpo de policía de la gran Colombia (Colombia, Venezuela, Ecuador y Panamá), el cual podrá con absoluta legitimidad buscar y realizar operaciones policivas a delincuentes comunes, delicuentes políticos y terroristas en cualquiera de los territorios de los cuatro estados.
4. Debe dársele prioridad en los negocios a las micro, pequeñas y medianas empresas (MIPYMES) Gran Colombianas, permitiendo que cualquiera de ellas pueda negociar libremente y sin barreras arancelarias o para-arancelarias en los cuatro países de la antigua Gran Colombia, estableciéndose por consenso además, una lista de incentivos iguales para las MIPYMES en cada uno de los estados.
5. Deben canalizarse esfuerzos y recursos de los cuatro estados en la construcción de mega-obras de infraestructura Gran Colombianas. (vías, ferrocarriles, oleoductos, gasoductos, puertos, canales)

La explicación sobre la importancia de estos cinco puntos sobra, creo y confío que cualquiera de sus actuales lideres serán capaces de ver en ellos el espíritu de Bolívar y una posibilidad para nuestra maltrecha Gran Colombia.

Luego de cumplir con estos básicos postulados, podremos pasar a profundizar en la construcción de una comunidad poderosa, distinta y ejemplo para la humanidad entera como lo deseaba el Libertador Simón Bolívar.

Atte;

JCAL