martes, 13 de abril de 2010

BUSCANDO NUESTROS SUEÑOS; COLOMBIA:


Quiero continuar todo este año, dedicándole mis escritos a la América Latina, quiero celebrar nuestro bicentenario. El artículo de este mes será para Colombia, no obstante haber ocurrido otro terremoto en la frontera de México y USA, y ser esa frontera una fuente potencial inmensa de análisis; el fenómeno Mockus hace que el norte espere.

Aclaro de antemano que no veo con gran esperaza a los gobernantes, ni a los de aquí ni a los de allá; no creo que la política nos solucionará nuestros problemas, no puedo ver a un presidente como a un líder mesiánico; no creo que ellos estén en la capacidad de resolver nuestros asuntos, pues la política trata con un demonio demasiado fuerte: El Poder, el cual unido a los intereses económicos, genera colosales distorsiones que mutilan a la justicia. Por eso la nueva forma de política que deberá algún día imponerse en las sociedades humanas no tendrá ni Estado, ni poder, ni autoridades políticas o públicas, esos lastres deberán desaparecer de una sociedad sana o por lo menos de una en proceso de sanación.

No obstante la aclaración preliminar, sin duda los gobernantes tienen todavía mucha importancia, sobretodo en Nuestra América Latina, lugar sin cultura y con riquezas incalculables. Un buen gobernante puede aquí, propiciar en nosotros un ambiente adecuado para el desarrollo social e individual.

Por eso, para gobernantes debemos buscar a las mariposas que nos lleven hacia los sueños más elevados, debemos derrotar como colectividad a los “Jacques I” o a los emperadorsuelos del momento que nos pretenden subyugar con su autocracia, debemos develar y desechar a los Pétion o a los dictadores disfrazados, o a los demócratas renegados, que luego de alcanzar el poder se vuelven dictadores plebiscitarios enfermos de poder.

Debemos buscar nuestro Mackantal. Entonces… ¿Donde está nuestro Mackantal Colombiano? ¿Donde está quien pueda renovar nuestros espíritus individuales? ¿Donde está el que nos haga crecer en nobles propósitos colectivos? ¿Quien puede reedificar nuestra sociedad a la luz de los principios humanos fundamentales? Lo encontré!!! Creo que el Mackantal de Colombia es Mockus, … ya lo había reconocido hace tiempo, pero lo mejor parece ser, que los demás ahora también lo hicieron.

Colombia siempre ha sido particular, siempre a sido un trágico ejemplo de lo real maravilloso, el país con mayor diversidad del Mundo ha sobrevivido casi toda su vida independiente del monocultivo del café; el país de las artes, de Barba Jacob, Garcia Marquez, Grau, Rayo y Botero, es capaz de producir Mancusos, Don Bernas, Don Marios, Marulandas, Monos Jojoi y Romañas; el país pensante que produjo escuelas del filosóficas como La Nadaista es capaz a la vez de producir también organizaciones criminales mafiosas de reconocimiento mundial; el país de los grandes científicos y médicos, comparte su espacio con los mayores asesinos y sicarios; el país de papá Jaime salvador de niños en las alcantarillas es también sede de Garavito uno de los asesinos de niños en serie más terribles de la historia, el país de Mockus es también el país de Samper (por decir uno, porque la lista de politiqueros sería interminable)….

Pero cuando menos lo pensábamos, cuando muchos estábamos resignados a un voto de protesta como otros tantos que hemos hecho durante nuestras vidas, ¡Mariposas Amarillas, Mauricio Babilonia! Mockus emergió de la minoría y se catapultó en las encuestas.

No quiero, ni pretendo colocarle exceso de responsabilidades al ciudadano Mockus, tampoco creo que él sea nuestro salvador o nuestro patriarca que hará las tareas por nosotros y nos arreglará todo como por arte de magia en nuestras vidas, NO; pero si podrá ser él, quien nos dignifique, quien nos pueda volver a hacer sentir orgullosos de haber nacido en Colombia, quien nos inicie en el camino de la cultura de lo sublime y de lo bello, quien nos recupere nuestros valores. El podrá ser el que nos enseñe a reconocer nuestros demonios y maldades y al hacerlo, también nos enseñará a renegar de ellos y a expulsarlos de nuestra vida social de una vez por todas y para siempre.

Con Mockus los Colombianos podremos elevar nuestra consciencia y podremos hacer nuestro trabajo individual y cumplir con nuestras tareas sin tener que sobrellevar cargas tan pesadas o convivir con inequidades tan abismales.

Creo que a partir de su trabajo decente, podremos los Colombianos ser ejemplo para nuestra Latinoamérica, podremos enfrentarnos con argumentos a las locuras de nuestro vecino delirante, podremos enseñarle a nuestra América cuales son los prototipos de lideres que necesitamos. Con él podremos elevar nuestra visión y reconocimiento, podremos ser más espirituales, más conscientes y libres, él nos podrá ayuda a desarrollar nuestra voluntad de una manera esencial y así podremos reconocer nuestro yo, nuestra identidad y nuestro propósito.

Con Mockus, con nuestro Mackantal, En Colombia alejaremos el orgullo y la soberbia; despediremos la mentira y el temor; erradicaremos el odio y la crueldad absurda.

Atte;

JCAL

6 comentarios:

Unknown dijo...

Estoy de acuerdo con ese pensamiento pero como lo dijiste, este es un pais diferente, con particularidades diferentes y el tema de la seguridad democratica se debe manejar con mucha firmeza y casi "sin corazon". Se imaginan el momento de la toma de decisiones en el bombardeo a Reyes, que pensaría Mokus? Primero lo primero, nos metimos en el tema de acabar y liquidar por completo a la guerrilla y se debe seguir hasta el final. Yo se que hay otras prioridades pero tambien un orden.

Anónimo dijo...

Hola. Any me compartio el link de tu blog. Tu texto: "buscando nuestros sueños, Colombia"... Fabuloso!!!

Me gusto mucho lo que escribiste, pero sobre todo el modo como lo plasmas, porque se siente un texto honesto, tranquilo, apasionado pero sin emotividades... Muy interesante que te atrevas (en el mejor sentido) a mezclar con tal soltura el tema espiritual con la participacion y representación politica... Esas mezclas siempre me llaman la atención, asi como Benitez que investiga Ovins y apariciones de La Virgen...

No quiero decir, que Antanas venga en ovni, o que nos vaya a hacer el milagrito... porque tal como tú escribes, yo tampoco creo en caudillos o mesías.... Lo que si comparto con tu postura es que sobre Antanas muchos hicimos una eleccion silenciosa, privada, intima hace mucho tiempo y que ahora al encontrar sintonia con tantos otros que la comparten, nos atrevemos a apostarle a la esperanza de un mejor lugar, de un mejor pais, de un proyecto mas bondadoso, con mayor proyeccion de los seres, con mayor responsabilidad de lo que hacemos y del impacto de lo que hacemos... antes crei que no era el momento para Antanas, o que Colombia no era el lugar... pero ahora entiendo que esos son argumentos que uno mismo fabrica desde el miedo, el peor enemigo.

Hay solo dos ideas de lo que escribes, que hacen saltar mi Alter Ego para facilitar la reflexion: es cuestion de decencia o es cuestion de conciencia? siempre he creido en la responsabilidad por los actos propios, y en un proyecto de pais, en la responsabilidad global como pais... Creo en la conciencia de uno como ser humano y como ser eterno.. y en la maravillosa posibilidad que tenemos de "reconectarnos" con esa realidad trascendente y natural de la que provenimos... Por eso la decencia, a pesar de lo noble, me parece que se queda corta... Por ahi hice la primera critica a Fajardo... y fue: con qué intención escoje uno la decencia como bandera? la decencia se vende sola, asi como la transparencia y la honestidad... ahí veo el quiebre...

Por otro lado, la otra idea de tu texto que me llama la atencion, es: "en Nuestra América Latina, lugar sin cultura y con riquezas incalculables..." No soy una experta ni mucho menos en el tema de la cultura, pero no sé cómo decir que un lugar tan diverso como tu mismo pintas con tus mariposas amarillas pueda ser calificado como falto de cultura.

Te agradezco inmensamente tu tiempo en leer esto. Te agradezco por tan hermoso escrito y por sintonizar con esta nueva posibilidad que nos permite alternativas mas valiosas para construir. Muy bacano tu estilo. No te conozco, pero se siente "muy tu", muy honesto y bien intencionado lo que escribes.

Feliz Dia Juan Carlos,

Un abrazo.

Luza.

Tuchi R. dijo...

FABULOSO ARTÍCULO. Es realmente muy lindo poder ver que somos muchos los que queremos una Colombia realmente mejor en todo sentido. Me llegó muchísimo al alma ver la siguiente frase, pues todo lo que dices lo comparto pero nunca lo vi como ejemplo para América Latina: "...podremos enseñarle a nuestra América cuales son los prototipos de lideres que necesitamos..."

Me gustaría poder publicar este mismo artículo en mi blog haciendo lógicamente link al tuyo. (www.nuevoorden2012.blogspot.com) Espero tu respuesta.

Y para Hector... pues lastimosamente no podemos parar la guerra y eso es una triste realidad. Pero a sólo punta de bala no vamos tampoco a mejorar. Está demostrado que la violencia genera más violencia y si no se trabaja en los otros aspectos seguiremos estancados. Y Mockus, para quien la vida es sagrada, no va a vacilar en ello y va a continuar también con ella pero comenzando a construir las bases de la equidad y la no violencia, para que el día de mañana esto de los grupos armados ilegales puedan ser finalmente un hecho del pasado de nuestra historia.

De continuar con problemas de corrupción, afanes de mostrar avances con falsos positivos y demás atrocidades que vemos en Colombia, podremos exterminar la guerrilla pero dejar muy latente una herida que se puede podrir aún más, haciendo que lo que se ha visto en avances se convierta en una falsa ilusión.

Luisa Fernanda dijo...

Bueno no soy tan fluida de palabra como los otros, pero simplemente es algo bello lo que escribiste. Gracias

Juan Carlos Arbeláez León dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

El narcotráfico ha potenciado en Colombia una cultura en la que es justificable salirse de la ley (por ejemplo usando la violencia) para adquirir poder. Esa cultura es algo que tienen en común, por citar unos ejemplos, los guerrilleros de las farc, los rastrojos, los políticos del PIN, y algunos niños que desde las comunas de Medellín aspiran a ser otro Pablo Escobar, otro Chupeta, otro Don Berna. Pero la cultura del narcotráfico no se ha limitado a los círculos cercanos de los narcotraficantes. La cultura mafiosa ha terminado haciendo cada vez más débiles los límites morales, legales y culturales de grandes sectores de la población. A muchos no les parece grave evadir uno que otro impuesto de vez en cuando, o saltarse la letra pequeña cada cierto tiempo - “¡Pero si yo no le hago daño a nadie. El estado no siente!”-. Estamos más acostumbrados que otras sociedades a darnos permisos, a forzar los límites y a usar atajos para “facilitar las cosas”. No es que todo esto sea un fruto del narcotráfico, pero nadie puede desconocer que el narcotráfico ha logrado sacar lo peor de muchos colombianos. Y una de esas peores cosas es la cultura de la trampa y el atajo. Así, en la propuesta de Mockus se pueden identificar dos premisas esenciales.

En primer lugar, el país tiene un problema cultural que no se puede achacar a un solo actor de forma exclusiva. Para ponerlo en otros términos, la seguridad democrática sería como la medicina alopática o convencional que ataca los síntomas (la’ far’) sin preocuparse por las relaciones sistémicas que hay detrás de esos síntomas. La propuesta de Mockus sería en cambio como la de la medicina bioenergética: tratar el sistema para que desaparezcan los síntomas. Intervenir directamente la cultura y crear un cambio de mentalidad para que no sea aceptable, bajo ninguna circunstancia, la violación de algunos principios básicos, como el respeto a la vida y el respeto a los recursos públicos. A esto se refiere Mockus cuando propone crear tabúes de manera que robar o matar sea igual de feo que pegarle a la mamá.

En segundo lugar, y yendo más adentro en la naturaleza del problema, tenemos un tremendo divorcio entre la cultura, la ley y la moral. ¿qué quiere decir eso? Quiere decir sencillamente que lo legal nos parece jartísimo, lo que nos atrae y nos entusiasma suele ser ilegal y el hecho de saltarnos la ley no nos provoca remordimientos. Así de sencillo. Por eso es frecuente oír por ahí que tenemos una legislación para un país como Suecia. Nosotros mismos no aceptamos que una legislación progresista sea para Colombia porque reconocemos que nuestra cultura menosprecia el valor de la ley. Y lo más grave: no nos importa. Porque, como en todo estereotipo, esto tiene un lado bueno que es el famoso mito de la malicia indígena. Los colombianos nos las damos de vivos, de maliciosos, de astutos, y nos burlamos de los canadienses, los gringos y los austríacos porque nos parecen excesivamente ñoños. No hay que ser demasiado vivo para darse cuenta que es esa misma viveza la que nos lleva a pasar por encima de la ley sin que se nos mueva un pelo. Y es esa cultura de la trampa (la malicia indígena no es más que un eufemismo), la que ha sido alimentada por la ambición que trae el narcotráfico y que nos tiene metidos en una espiral de violencia que lleva más de medio siglo.

Se necesita una revolución cultural. Y para esta revolución se necesita un mandato claro. Por eso es importante que Mockus gane no raspando, sino con muchos, muchos votos. No estamos pensando en ganar la campaña, sino en emprender la tarea gigantesca de cambiar a Colombia para convertirla en un mejor país. Si estas ideas le parecen convincentes, por favor vote por Mockus el 30 de mayo. Si le sigue pareciendo muy complicado y necesita algo más simple, puede seguir siendo uribista.

(Apartes del escrito de:Oscar Hernández Salgar, Músico y Administrador Cultural. Magíster en Estudios Culturales. Director del Departamento de Música de la Universidad Javeriana)