martes, 17 de febrero de 2009

COLOMBIA – ACUERDO HUMANITARIO – SEGURIDAD DEMOCRATICA O RENOVACION SOCIAL.


Por estos días, luego de las gestiones de la senadora Piedad Córdoba se reactiva la controversia en la que llevamos 9 años: Acuerdo Humanitario o rendición sin condiciones.

El discurso de Acuerdo Humanitario nos hace retroceder a los tiempos del Caguan y la negociación del presidente Pastrana, la cual nos dejó llenos de frustraciones y como consecuencia de ella, el discurso decidido antiterrorista de Uribe, denominado Seguridad Democrática, lo hizo llegar a la Presidencia y lo mantiene con los más altos índices de popularidad en un país donde la sociedad civil esta harta de violencia, de los abusos y de la guerra.

Obviamente dos posiciones tan encontradas, nunca podrán encontrar un camino. Y ahí seguimos, discutiendo, añorando y repensando. Incluso ahora un grupo que se autodenomina “intelectuales” se abroga la posición “humanitaria” de rogar para que entreguen personas secuestradas. Expongo entre comillas el termino intelectual, pues ese termino no se lo debe autoproclamar uno mismo, sino que se lo gana, y además si está allí Daniel Samper, comienzan las dudas sobre tal sabiduría e intelectualidad. Y no es que no reconozca en él un personaje muy charro (cómico) y muy bien relacionado, pero lo uno, no implica lo otro. Coloco además entre comillas el termino humanitario, pues la guerra nunca podrá ser humanitaria y mucho menos un secuestro.

Pero ¿será que la sociedad colombiana no tiene sino esos dos caminos de salida al abismo en que nos encontramos? No lo creo.

Por eso me atrevo a proponer un tercer camino, una salida a la retórica interminable y a lo obtuso de la guerra y lo militar. El camino es la renovación social y la aplicación juiciosa del derecho, con justicia a todos, sin excepción, ni demora.

Comencemos por el último concepto: Aplicación del derecho o de las normas jurídicas a todos sin excepción, con prontitud y justicia. Esto le puede parecer evidente a una persona Europea o incluso de los Estados Unidos, para muchos sobraría, y es claro que en sentido técnico sobra. Sin embargo dada la no aplicación en nuestro país del derecho, se debe colocar como uno de los puntos centrales de solución. Obviamente para ello nuestra empobrecida justicia debe ser adecuadamente dotada y debidamente estructurada, con el fin de ser capaz de responder a los inmensos retos que nos imponen muchos bárbaros y descarados que comparten con nosotros las fronteras. Si el estado no cumple con uno de sus deberes fundamentales: impartir justicia, deja este valor social supremo en las manos de los particulares.

Ahora bien, luego de clarificar esa necesidad fundamental de la aplicación del derecho, veamos la renovación social y sus fundamentos.

Nuestro problema social es estructural. Se que con esto, no estoy diciendo nada nuevo y que este discurso lo han empleado muchos hasta vulgarizar el termino. Pero la realidad es esta: nuestra sociedad esta mal diseñada al no permitir la movilidad social y la distribución de la riqueza en forma armónica. Nuestra sociedad es un parapeto para mantener el concentrado el poder económico, social y político en pocas manos.

El bloqueo de la elite de turno a dar oportunidades reales, ciertas y viables a la masa popular de nuestra agraviada nación es el “quid” del asunto. Sin lugar a dudas, ello es la fuente de todas o la mayoría de nuestras violencias.

Problema este, que deviene en nuestras tierras desde la colonia, viene desde la forma como los nuevos propietarios usurpadores de las propiedades comunales indígenas explotaron las riquezas. A estos personajes los denominaré en sentido general “Encomenderos”, teniendo el riesgo, que muchos exegetas me controviertan, pero lo hago para recalcar que la encomienda y los encomenderos, a pesar de ser una de las tantas formas económico-jurídicas de explotación de las “Indias”, fue la más exitosa en la explotación de las colonias hispánicas, a tal punto que hoy en día es emulada y aplicada bajo un nuevo disfraz o denominación o estrategia.

Los encomenderos de la colonia se apropian de los nuevos y lucrativos negocios por sus audacias en el nuevo mundo y por sus buenas relaciones con el poder central de ultramar o sus delegados virreinales en la América. OJO que todavía estoy en la colonia, así parezca que me traslade de una al siglo XXI.

Al anterior estado de cosas le debemos sumar que nuestros ancestros hispánicos no vinieron acompañados de su familia, vinieron solos, sin hijos, sin esposa sin responsabilidad alguna de construir una sociedad mejor para su familia, lo cual nos diferencia diametralmente de la América del Norte, la cual crece y nace a partir del sueño de las familias del Mary Flower. Muy por el contrario aquí, en la América Hispánica, se construye una sociedad a partir de la destrucción, la extracción y el poder de la fuerza y las leyes inaplicables.

No hay aquí, construcción de sueños colectivos de una mejor sociedad, prima por el contrario el deseo de lucro a partir de la extracción, el principal valor es el afianzarse en el poder para poder redimir y usufructuar las riquezas económicas.

Así las cosas nuestros encomenderos son hombres hábiles, astutos, sin responsabilidad social, extractores de riquezas, y sus principales acciones son arrasar, despojar y absorber rápidamente beneficios recibidos, dentro de sus empresas coloniales. Una de sus principales estrategias es mantener sus beneficios y acrecentarlos lo mas que se pueda.

Esos valores de la encomienda, con la independencia no fueron derrotados, lamentablemente el cambio social y económico liderado y propuesto por el libertador Simón Bolívar no pudo llevarse a cabo por los intereses de los nuevos “Señores”, los cuales en sentido practico lo único que hicieron fue despojar a los “Encomenderos Españoles” y reemplazarlos por los criollos de la elite, es decir por los “Encomenderos Criollos” quienes veían extremadamente odioso el que ellos siendo nacidos en estas tierras no podían tener parte de los grandes negocios de los “chapetones” (denominación dada a los españoles en la América, dado el característico color rojizo de sus cachetes con el sol tropical”). Es decir, una elite americana no quiso seguir dejando que la elite española manejara los grandes negocios sin darles posibilidades a ellos, quisieron esos negocios para sí.

Por eso, luego de la independencia la lucha se trasladó a una lucha entre los que deseaban simplemente reemplazar a los encomenderos españoles por encomenderos criollos y los que buscaban un cambio social profundo que permitiese que una nueva nación llena de libertad y oportunidad creciese, emulando las europeas, pero con la ventaja de tener mayores riquezas.

Lamentablemente triunfaron los encomenderos criollos, los cuales absorbieron como una esponja, todas las practicas de mantenimiento y manejo del poder de los antiguos amos, quedando la gran masa social sin esperanza de riqueza, coartando la iniciativa empresarial social y el emprendimiento popular. Contrario esto también a la América del Norte, la cual por su creciente expansión territorial, permitió y promovió el emprendimiento y las posibilidades de nuevos negocios para todos. Lamentablemente para nosotros los negocios altamente lucrativos y las mejores tierras ya estaban repartidos y asignados (salvo pequeñas excepciones).

Lo anterior explica el porque, la segunda oleada migratoria de Europa se orientó con amplia preferencia hacia el Norte, pues en nuestras tierras los grandes negocios estaban en su mayoría asignados y el poder económico estaba arraigado en unos pocos, quienes a su vez también ostentaban el poder político. La economía estaba cerrada hacia adentro, y las oportunidades de los inmigrantes eran muy limitadas. En cambio la economía de los Estados Unidos, al interior, era totalmente abierta y necesitaba de mayor número de personas para poder concretar su “destino manifiesto” en las tierras de los Siux, Apaches, y demás tribus de la pradera, de las Montañas Rocosas y del Pacifico. Por eso los Irlandeses, Italianos, Suecos, entre otros, prefirieron ser empresarios o dueños de tierras en Estados Unidos que empleados u obreros en la América Poshispánica.

Lastimosamente desde la independencia hasta nuestros días no es mucho lo que ha cambiado el asunto social en nuestra querida Colombia, solo algunas bases han podido llegar a ser clase media, pero muy pocas y excepcionales veces a ser parte de la elite. Pero lo peor, cuando excepcionalmente llegan a la élite por azar, herencia o cualquier otra causa, se vuelven encomenderos. Ni las necesidades de crecimiento primero, ni las ciudades después y ni la apertura económica por último, pudieron convertirse en los motores de cambio social estructural en nuestro país. Por el contrario, sirvieron y han servido para arraigar más a los encomenderos de turno.

No se ha logrado el cambio estructural social pues siempre los encomenderos de turno se resisten a la movilidad social y prefirieren perpetuarse mediante múltiples artimañas que van desde normas a la medida hasta destrucción y aniquilación de competidores potenciales o reales. En los últimos años de globalización económica los encomenderos actuales han preferido compartir su poder con extranjeros, con multinacionales, a compartirlo con la base popular. No en vano la mafia tuvo tanto éxito en nuestra cerrada sociedad, convirtiéndose en un camino de movilidad social para los desposeídos, en el vehiculo de movilidad social mayor que hemos tenido. Por eso también, su extremada violencia, desquitándose de la sociedad con sevicia y abulta crueldad. Pero también aprehendiendo rápidamente los valores encomenderos de sus antiguos tiranos. Esta “revolución” socio-económica del narcotráfico no produjo un cambio social, simplemente un cambio de encomenderos, y peor aun, de encomenderos tipo colonia, retrocediendo a épocas feudales, en donde bárbaros dueños de la fuerza desposeían, arrasaban e imponían sus deseos a todos.

Mientras tanto una guerrilla liberal, producto del asesinato de Jorge Eliécer Gaitan, líder popular que promovía como ninguno la movilidad social en Colombia, crecía a partir de abusos contra los campesinos y a partir del olvido. La guerrilla pues, se implantó en las zonas relegadas y por la desidia y la carencia de políticas de desarrollo socioeconómico de los gobiernos desde Valencia hasta Uribe, creció hasta convertirse en un grupo de gran poder que amenazó seriamente al establecimiento. Una guerrilla que por sus mismos valores de violencia, acogió una practica infame como la del secuestro, primero para financiar sus actividades bélicas y luego como instrumento político. Una guerrilla que se alimentó del narcotráfico y que por eso no se debilitó con la caída de la URSS. Pero en medio de la violencia y por la misma violencia, esta poderosa guerrilla, provocó el nacimiento de los llamados grupos paramilitares, los cuales a partir del principio de la autodefensa, principio que inicialmente exhibieron los guerrilleros, llevaron la guerra en nuestro país a unos tintes inimaginables y desbordados. Masacres, desplazados, secuestrados, poblaciones destruidas, eran el pan de cada día para todos nosotros.

Estando en medio de una espiral de guerra y causas interminable la visión de país se confunde.

Tal estado de cosas nos tiene que llevar pues, a concluir que la solución a este problema estructural no es por medio de la violencia, hechos que comprueban los postulados de Thoreau y Gandhi: “el fin no justifica los medios”, máxime si ese emplean los siguientes medios: el narcotráfico, el secuestro, las masacres, las bombas y los asesinatos. Estos medios nos han llevado por si mismos a crear y causar más problemas de los existentes anteriormente. Es por eso que nuestra sociedad ya no solo sufre de inequidad social, sino también de narcotráfico, inseguridad, desalojos, secuestro y destrucción.

Es tiempo de recobrar el camino, y por eso la sociedad civil colombiana debe promover sin perder más tiempo, LOS MANDATOS DE LA RENOVACION SOCIAL y abandonar los limosneros de los pseudo-intelectuales de turno.

LOS MANDATOS POR LA RENOVACION SON:

En toda la sociedad colombiana primará la fuerza del derecho y de la ley por encima de cualquier otra fuerza económica, guerrillera, paramilitar, militar, empresarial, etc… Nadie podrá escapar al derecho y a sus consecuencias así este muy bien relacionado o así este respaldado por las armas.

Las empresas y la riqueza no serán tuteladas ni protegidas por Estado como un bien particular, esa dejará de ser una función pública. A cambio de ello, el Estado protegerá el empresarismo, el emprendimiento, la libre empresa, y la articulación empresarial, como conceptos generales e impersonales, que no le pertenecen a persona o grupo económico alguno.

El sector financiero no podrá ser desarrollado por particulares, los cuales han demostrado nacional e internacionalmente que son incapaces de manejar el bien público del dinero. A cambio de ello, los bancos y las entidades financieras deberán ser cooperativas o entes públicos estrictamente vigilados por la ciudadanía. La actividad financiera recobrará el camino debiendo servir al sector real y no servirse a si misma. Se redefinirá la actividad primordial del crédito, siendo este otorgado en forma prioritaria a iniciativas colectivas, sociales y ecológicas, y a iniciativas particulares empresariales que sean innovadoras o eficientes, sin tener como parámetro fundamental de otorgamiento del crédito a la garantía o al respaldo patrimonial del deudor.

La educación es un derecho de todos, llegará con calidad a todos los rincones de la patria sin mayores diferencias y las instituciones educativas no serán más un centro de formación en el egotismo y la competitividad, sino en la solidaridad, la sabiduría, la ciencia y la espiritualidad humana.

La Infraestructura llegará a todos los rincones de la patria junto con todos los servicios públicos. No habrá diferencia en servicios e infraestructura entre la ciudad y el campo. Este desarrollo fundamental de la infraestructura y los servicios, junto con el desarrollo de megaproyectos estancados desde hace un siglo en nuestra nación, serán el motor fundamental del desarrollo y del empleo en nuestra patria. A partir de esa infraestructura se desarrollará y apoyará la industria del turismo, la agrícola y agroindustrial, la biodiversidad y la de las empresas del conocimiento.

La salud y la nutrición no serán más unos lujos, sino que serán un derecho que recibirán en forma igual todos los colombianos, sin distingo de raza, lugar o condición.

La protección al medio ambienta será una obligación ineludible e indiscutible de todos. Nuestra patria estará libre de químicos destructivos, armas o industrias contaminantes y de productos que atenten contra la salud humana y/o de la naturaleza..

ES ESTE EL CAMINO QUE DEBEMOS SOLICITAR TODOS LOS COLOMBIANOS, Y NO ENFRASCARNOS EN SOLICITUDES MEDIOCRES O EN RESPUESTAS SOLAMENTE MILITARES. EXISTE OTRO CAMINO, EL CUAL DEBEMOS EMPRENDER CUANTO ANTES.

JCAL

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Estoy totalmente de acuerdo, pero la realidad es que nos tendran que amasar y volver a armar para que exista una verdadera renovacion social.
I'm.

Anónimo dijo...

Es una muy buena propuesta Juan, que tal si la lanzas en facebook, para sondear que esta pensando la sociedad, si estamos listos para en vez de una marcha nacional o mundial, empezamos de verdad la renovaciòn del pais y por ende de nuestro futuro.

atn. fxefra